Un dolor que conmueve
Samuel Dalembert regresó desde Haití y contó experiencias desgarradoras

Dalembert llegó al partido entre Sixers y Blazers minutos antes de empezar
El partido entre los Sixers y los Blazers comenzó a las 7pm.
"Yo diría que el ya estaba corriendo aquí a las 6.40", dijo el relaciones públicas de los Sixers, Michael Preston.
Samuel Dalembert, centro titular y --post terremoto-- vocero celebridad, abogado y benefactor de Haiti, entró a la ciudad alterado tras haber estado de visita en su país natal destrozado.
Los Sixers perdieron contra los Timberwolves en tiempo suplementario el lunes por la noche. Tras el partido, Dalembert dejó al equipo y se dirigió a Port-au-Prince con Project Medishare. Fue una lucha regresar a Filadelfia a tiempo para el partido de esta noche, pero eso no fue nada en comparación al desafío que vivió en Haiti.
Llora cuando habla sobre lo que encontró allí. Por ejemplo, niños sin padres, perdidos en desesperación.
"Estoy haciendo lo mejor que puedo", dice. "Voy a hacer otro viaje con UNICEF. Para tratar de sacar a todos los niños de ahí. Ya saben, aquí hay padres que están intentando adoptar hace dos o tres años".
A esta altura, lágrimas caen por el rostro de Dalembert. "Ya saben... eso me frustra. Y los niños tienen padres ahí que quieren adoptar. Yo tengo cientos de padres, y hay un grupo de muchachos sentados con los malditos papeles. Todo lo que se necesita es una hora para repasar todo, ¿Entienden lo que digo?".
"Vi como le amputaban la pierna a alguien en frente mío. Cirugías llevadas a cabo en la mesada de una cocina. Estoy hablando de una mesada de cocina plegable. Tengo imágenes perturbadoras. Y me duele. No había una sala de operaciones. Lo podía escuchar gritar. No había suficiente alcohol. Cosas que damos por aseguradas, saben. Tratemos de hacer que una botella de alcohol perdure".
"Los problemas siguen empeorando. No hay maquinaria para mover las cosas. Se está tardando mucho tiempo en ubicar a las personas. Se que todos están haciendo lo mejor que pueden. Pero es una locura".
"Lo que más me tocó el corazón fueron los niños. Muchos niños sin hogar".
Dalembert dice que Medishare y él están en proceso de negociar conseguir carpas para 'una tonelada' de gente en Haiti.
"Me reuní con el presidente", dice. "Alonzo Mourning y yo. Hablamos para ver lo que estaba pasando. La situación es tan crítica. Todos están tratando de hacer lo mejor que pueden. Pero el hecho de tener aviones que quieran aterrizar, pero que no puedan hacerlo por el tráfico... no se están poniendo las cosas en un orden de prioridad. Es mucho pedir, pero voy a intentar que las organizaciones se unan y trabajen unidas, para poder mejorar esta situación. Voy a hacer lo mejor que pueda. Lo único que puedo hacer desde aquí es intentar recaudar la mayor cantidad de dinero posible".
Dalembert llegó a Florida temprano por la mañana, y finalmente se recostó en una cama por primera vez en años. Tres horas más tarde, su teléfono comenzó a sonar como loco --era su padre, aún en Haiti, diciendo que había habido otro terremoto.
No puede recordar la última vez que durmió bien. Se le preguntó como puede seguir jugando al básquetbol en la NBA (terminó su partido con 10 puntos y 15 rebotes).
"Se que estamos pasando por un mal momento. Quería ir allí para contribuir. No lo se. Y eso que estoy cansado. No se que es lo que no me deja dormir. Sólo la necesidad de ayudar. La necesidad de poder llegar a esa gente necesitada. No voy a salvar a todo el país. Eso lo sé. Pero se que puedo ayudar mucho".
"Quizás el hecho de no tener una casa o un techo, sólo el hecho de tener esa carpa. Una familia de ocho podría quedarse en la carpa y sentirse bien de tener un techo sobre su cabeza y alguien que se preocupa por ellos. Por eso trato de ir y hacer lo mejor que puedo".
"Se que Dios nos está mirando. Se que nos va a ayudar a superar esto".
"Sigo tomando bebidas energéticas. Parezco un fantasma. No lo puedo creer. Estoy hablando con distintas organizaciones sobre como poder ayudar y donar aviones".
"Y voy a hacer algo en Filadelfia. Voy a hacer que un avión llegue aquí y junte cosas para llevar. También voy a hacer que la gente sepa que si los doctores quieren dar una mano, ese avión podrá llevarlos. Esperamos progresar mucho. Ojala podamos salvar más vidas".
En cuanto a la gente que conoció en Haiti, Dalembert dice: "Los saludo con respeto. Veo que están intentando encontrar todos los cuerpos. Siguen encontrando cuerpos tras el primer terremoto y la gente se mantiene fuerte. Eso dice mucho de nosotros. De lo fuertes que somos".
"Se que necesitamos más. En el hospital del que les hablo, no entra una persona más. Caminamos por sobre la gente. Mosquitos volando. Un par de personas se me acercaron y me dijeron: 'Por favor, no he tomado agua en X cantidad de días'. Tuve que buscar en mi bolsa y darles una pequeña botella de agua. No podían estar más agradecidos".